miércoles, 13 de febrero de 2013

Estado de emergencia educativa: LOMCE II

Segunda y última entrega

Revalidas

La creación de un nuevo sistema de evaluación es uno de los puntos fuertes de la reforma, ya que la LOMCE establece una serie de reválidas y evaluaciones generales. Las evaluaciones se realizarán a nivel estatal al final de Primaria, ESO y Bachillerato, además de una prueba en 3º de Primaria para la detección precoz de problemas de aprendizaje en los alumnos. En principio, el resultado será orientativo para los padres y el propio centro, y no conlleva obligatoriamente la repetición de curso. En este sentido, se establece que como principio general sólo podrá repetir curso una vez a lo largo de toda la etapa. Los exámenes de ESO y Bachillerato serán necesarios para obtener el título y, en concreto, el segundo, sustituirá a la actual Selectividad.

Pasamos de una (el selectivo) a tener hasta cinco selectivos (ahora reválidas): en 3º PRI, 4º ESO en dos modalidades (bachillerato y ciclos) y 2º de bachillerato, además de unos posibles “requisitos adicionales” a las facultades. Esto sólo puede provocar la segregación del alumnado según sus resultados académicos ¡desde la educación primaria! porque no la ley no introduce ningún proceso de compensación de desigualdades. Las pruebas se evalúan de forma externa por lo que se tienen que destinar grandes cantidades de dinero que se pagarán ¿a quién? ¿a empresas creadas al efecto?

Conciertos educativos

Incrementa el tiempo de duración de los conciertos educativos de 4 a 6 años, legaliza los conciertos con centros que segregan por sexos y abre la puerta al concierto en todos los niveles educativos.

Modelo competitivo

Se apuesta por la elaboración de un "ranking" de rendimiento académico de los centros, teniendo en cuenta las circunstancias socio-económicas de su alumnado.

Es un modelo competitivo en el que se premia la selección social y el clientelismo rebajando o eliminando la capacidad de integración y transformación de nuestro sistema educativo.

Carga la culpa sobre el alumnado de las dificultades en el aprendizaje porque se puede negar el acceso a los programas de mejora si se les imputa una falta de esfuerzo o estudio y retira la financiación destinada a los programas de atención y compensación educativa.

Lenguas cooficiales y control de los contenidos

Se introduce la división de las asignaturas en troncales, específicas y de especialidad, otorgándoles un porcentaje de horas diferentes a cada tipología. De esta forma, el castellano y su literatura pasan a ser una asignatura troncal, mientras que las lenguas cooficiales se convierten en una asignatura de especialidad. El problema es el tiempo destinado a cada una de estas asignaturas: mientras que las materias troncales deben ocupar un mínimo del 50% del horario lectivo, las específicas un máximo de un 50% y las de especialidad no tienen asignado un tiempo mínimo. Así, el catalán, euskera y gallego pierden importancia en el currículum. En la ESO también se produce esta división, que se traduce en que no será necesario examinarse de la lengua cooficial para obtener el título, ya que el alumnado podrá elegir entre la lengua cooficial o cualquier otra asignatura de especialidad.

En relación al punto anterior, el borrador propone reformas que inciden en un mayor control por parte del Ministerio de los contenidos y horarios de las asignaturas troncales. Así, el Estado fijará el 100% de los contenidos de las materias fundamentales en primaria, secundaria y bachillerato, entre ellas historia. Esto supone un gran cambio para las comunidades autónomas, pues hasta ahora el 55% de los contenidos los fijaba la administración central y el resto el gobierno autonómico; en el resto de comunidades el estado fijaba el 65% de los contenido.


Elimina las competencias autonómicas y ataca a los derechos lingüísticos.

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